"Dedicado a mi amiga Sam y a todas las personas que me alientan a seguir escribiendo con sus comentarios"
+GRACIAS+
SEDUCTION
Chapter. 4
+¿Tienes miedo?+
El saco de aquel individuo resguardaba perfectamente mi cuerpo adormecido por el frio, aun que era algo pesado era mejor que estar descubierto, ¿Cuánto tiempo habia permanecido en aquel aterrador lugar?...
Estaba cansado de esperar, mis pies me dolían, mis ojos comenzaban a estar pesados y su dulce aroma era lo único que me mantenía despierto, ¿Por qué estaba pensando en él?, ¡Ahhh! ¿Cuánto tiempo más debía permanecer ahí?... En aquel frio lugar…estaba comenzando a delirar.
El ambiente se tornaba cada vez más aterrador, la niebla de la madrugada se estaba extendiendo por todo el lugar y me era difícil ver con claridad, Debería huir antes del amanecer, ¿Pero si el otro tipo volvía? ¿Qué debía hacer?
Esperar al chico de los ojos miel, claro solo debía soportar hasta el amanecer, ya no sabía yo que era peor.
Un extraño ruido tras de mí me saco de mis pensamientos y un aire frio me golpeo la cara en cuanto me gire para ver de qué se trataba impidiéndome mirar, la sensación de correr y alejarme de ahí volvió como aquella noche dejando mi cuerpo en shock ¿Ahora qué? Me pregunte.
¿Que era esta mala suerte que ahora me perseguía?,
Suspire decidido y me gire una vez más, qué más podía pasarme, y entonces lo vi, entre aquel lugar habia una extraña silueta negra sentada sobre una lapida, no estaba muy lejos de mi.
Pero qué era eso, nada bueno ¿no es así?, mi corazón se acelero debía correr cuanto antes, alejarme de ahí. Camine lentamente hacia la entrada pero aquella silueta pareció percatarse de mi presencia, mi cuerpo se erizo por completo ¿Qué diablos era eso?, lo vi levantarse y dirigirse hacia mí con unos extraños ojos brillantes, donde estaba el ahora para salvarme.
El ser extraño se estaba acercando, pero algo en aquella extraña mirada me hacía sentir atraído hacia él, parecía estar hipnotizado, yo no quería avanzar sin embargo mi cuerpo se movía por obra propia.
Estaba cayendo ante él cuando una mano extraña jalo mi cuerpo con fuerza, y mis manos automáticamente reconocieron el cuerpo de quien ahora me sostenía entre sus brazos, alce con rapidez mi mirada para que mis ojos contemplaran aquel rostro que habia estado extrañando horas antes. Sus manos estaban sujetándome con fuerza, rodeando mi cuerpo, mis manos tocaron uno de sus hombros desnudos solo para ver que algo andaba mal.
El chico de los ojos miel apareció, y entonces lo note tenia las ropas rasgadas, arañazos y extrañas mordidas. Estaba herido.
Un sonido terrorífico me hizo apartar la vista de aquellas horribles heridas que marcaban todo su cuerpo, un sonido que habia escuchado antes pero esta vez resonó con mayor intensidad. El sonido de un depredador…
-Aléjate Mortem, su voz sonó gruesa y molesta adaptando una posición defensiva para después hacer brillar sus ojos con intensidad. Su iris ahora era fiusha.
- “Huius vero animae humanae me”, Aquel ser desconocido comenzó a decir palabras en un extraño dialecto.
-“Pertinent ad me”, el chico que me protegía respondía perfectamente aquel idioma desconocido para mí.
Aquel ser que fue llamado “Mortem” por mi protector, saco un extraño objeto, y algo en mi sabía que eso no era nada bueno.
-Demonios tiene una falcatae, hay que irnos o ninguno de los dos saldrá con vida. Exclamo el chico que ahora tenía los ojos fiusha.
Este me tomo entre sus brazos como una princesa y se dispuso a correr, aun que estaba herido no parecía molestarle llevar mi peso sobre sus brazos o que tocara con mis manos sus heridas, sin embargo su respiración sonaba agitada algo en su rostro me decía que no soportaría mucho tiempo.
Aquel ser estaba tras nosotros con esa cosa extraña entre las manos, falcatae. Estábamos por llegar a la puerta cuando ese ser interpuso en nuestro camino era muy rápido, el chico que me tenía entre sus brazos pareció alarmarse, sus pasos se estaban volviendo lentos y el Mortem parecía acercarse.
-Rayos, gritaba este con desesperación
Corrió velozmente por todo el lugar buscando una salida.
-Tendré que saltar así que sostente con fuerza.
Su voz habia cambiado, esa era su voz angelical.
Sin pensarlo dos veces rodee su cuello con mis manos, estas temblaban, estaba asustado, pero este era un sentimiento extraño no temía por mi sino por él.
-Tienes miedo.
Este pareció notar mis manos temblantes sobre su cuello desnudo.
-No te preocupes todo estará bien, yo…te protegeré.
Escuche su dulce y cansada voz diciéndome aquello que me aferre con más fuerza a él, no quería que le pasara nada. Pero el no entendía el por qué de mi miedo.
-Solo sostén con fuerza mi pecho no coloques tus manos tras de mí.
¿Qué?¿Por qué? me preguntaba, entonces este se lanzo al aire para salir de aquel lugar nos detuvimos justamente sobre la barrera que marcaba el cementerio del mundo de los vivos un salto mas y estaríamos afuera. El salto una vez más, pero mientras caíamos algo lo atravesó por la espalda el arma de aquel ser habia rosado su cuerpo con esa extraña cuchilla, sin embargo este no dejo de proteger mi cuerpo, solo sentí sus manos abrazarme con más fuerza.
Llegamos al suelo el me protegió hasta el último momento y no resulte dañado, pero él estaba herido la altura no era mucha pero seguro el daño si lo habia sido.
Su sangre comenzó a correr lentamente sobre el suelo.
Mis pupilas se dilataron al ver aquello- Noooooooooo!!!. Grite. Sin saber porque mis lágrimas salían sin sentido alguno sobre el cuerpo inmóvil de aquel ser.
Cuando su dulce voz cansada me dijo: -Hay que irnos antes de que el regrese por ti, antes de que comience el amanecer, o no podre sacarte de aquí.
Este se levanto cansadamente mientras, su sangre que era un fluido oscuro poco a poco desapareció entre sus ropas.
-No te preocupes, no moriré aun.
Sus ojos parecían tristes, su voz apagada me hacia olvidar que él era el depredador.
El me sujeto con un poco de fuerza caminando a paso lento para él, rápido para mí. Se le veía cansado, caminamos un largo tiempo al parecer estábamos muy alejados de la ciudad, el no dejaba de observar su alrededor, donde solo habia arboles y mas arboles ¿Dónde estábamos?
No sé cuánto tiempo caminamos, pero al fin llegamos a la ciudad nos mesclamos entre algunas personas que empezaba a salir al parecer estaba por amanecer por que comenzó a verse el tráfico de la ciudad, las personas nos miraban extraño, no sé si era por las ropas rasgadas que llevaba Tegoshi o por vernos tomados de la mano, este ni siquiera pareció percatarse de nada, yo tampoco lo hacía algo en su entre cortada respiración me hacía sentir inquieto.
-¡Rayos! Su voz preocupada me saco de mis pensamientos.
-¿Qué pasa? Pregunte inseguro claro que no esperaba una respuesta.
Este solo me miro incrédulo dirigiéndome con rapidez hacia un lugar, este parecía ser un túnel bajamos unas largas escaleras el lugar era oscuro y algo aterrador una estación del subterráneo cerrada, donde estábamos no reconocía ese lugar, ¿Qué estación era? Pero de una cosa estaba seguro no era más aterradora, que el cementerio.
Su mano soltó la mía, dejándome una extraña sensación en esta, era su sangre el aun estaba herido. Seguí las pequeñas gotas de sangre con la mirada, para después verlo desesperado abrirse paso a uno de los vagones abandonados, se introdujo con rapidez en este, dejándose caer sobre uno de los asientos y recostando su cabeza hacia atrás, parecía estar sintiéndose mal, dude en si debía ir a su lado o no, al final no lo hice y tome asiento en uno de los lugares frente a él.
El se veía cada vez más cansado algo en esas extrañas heridas me hacía pensar que no sería fácil sanarlas, algo en mi quería tocarlo, verlo de cerca hablarle saber que estaba pasando, saber que él estaba bien.
De cualquier modo moriría ¿no es así? decidido levante mi rostro para mirar al individuo que hasta ahora me habia parecido tan fuerte. Pero ahora el verlo derrotado, decaído y frágil no era nada alentador, por que continuaba a su lado el se veía débil y cansado podría tratar de huir pero algo me lo impedía, algo que en ese momento yo mismo desconocía.
Carraspee mi garganta un poco antes de poder decir algo audible, el no pareció prestarme atención.
-¿¿¿Tegoshi??? Mi voz tembló no estaba seguro de que ese fuera su nombre.
El levanto su cabeza para mirarme, asintió en señal de aprobación continúe al no recibir más respuestas.
-¿Quiero saber que está pasando?
El me miro con una cara de incredulidad a mi tonta pregunta.
-¿Que es lo que pasa me dices? Que no te has dado cuenta que estas en medio de una guerra y ahora tú eres el premio.
-Guerra, el dijo guerra ¿Contra quién?
-Que mala suerte tienes de todos los momentos en que pudiste aparecer estuviste en el momento exacto donde esta guerra comenzaba una guerra que no terminara hasta no ver muerta a la presa.
-Yo…
-Te atravesaste en su camino y en el mío, uno de nosotros es un traidor se dijo aquella noche entonces todas las sospechas cayeron sobre mí, el prometió no herirme y sin embargo lo hizo me cambio por ese miserable humano y le otorgo la vida eterna algo que jamás hizo conmigo.
-La vida eterna, pregunte con curiosidad.
-Ya lo has descubierto ¿no es así?, ¡lo que soy!
-Vampiro, susurre.
-Ja, el sonrió sarcástico.
-Los humanos y sus tontas deducciones.
-Pero no, no soy eso que dices. Yo no soy nada.
-¿Cómo has dicho, nada?
-Lo que escuchaste, el jamás me convirtió en algo.
-Pero si me lo preguntaras te diría que alguna vez fui humano, pero de eso ya ha pasado mucho tiempo.
-Eras un humano y ¿cómo te convertiste en…?
-¡En esto! Es una larga historia, de cualquier modo morirás si no me recupero, no tiene caso que lo sepas.
El estaba muriendo. Movido por un extraño impulso me levante sentándome a su lado, Sus ojos se abrieron extrañados por mi reacción.
-Sabes lo que soy y aun sigues aquí.
-Eso es lo que querías no.
-Ni siquiera has intentado escapar.
-Déjame ayudarte. Ni yo sabía cómo estaba diciendo esas cosas, el podía matarme en cualquier momento.
-¿Te gusto no es así?
-¿Qué?
-La única razón por la que un humano permanece a nuestro lado es porque somos atractivos a sus ojos, incluso son capaces amar aquel que piensa matarlos, son tan tontos los humanos.
-Eso no es verdad te sigo porque me he resignado a morir.
-Ja .se burlo. Si estuvieras resignado a morir por qué no te quedaste con el Mortem o saliste entre la noche sabias que él estaría ahí dispuesto a matarte, si estabas resignado a la muerte porque no buscaste otra salida.
Su mirada se clavo en mi, sus ojos color miel me miraban con tristeza, después de decirme unas palabras tan duras porque su mirar me decía, que eran mentira.
-Creo que deberías irte no creo poder ayudarte mas, en el día ellos no podrán seguirte, estarás a salvo.
Me estaba dejando en libertad y el, que pasaría con sus heridas, seria que estaba muriendo, no, no quiero eso.
-Qué esperas, tienes que huir eso es lo que querías huir de monstruo como yo.
-No.
-No, ¿por qué no? date prisa el día aquí es más corto.
Su voz se escuchaba cada vez más exhausta casi inaudible.
-Yo solo quiero estar contigo. Susurre sin saber el por qué de mis palabras.
-Cuantas veces he escuchado eso, que te hace pensar que creeré en tus palabras.
-Yo… sus palabras no me dejaron terminar de hablar.
-¿Sabes cuantos humanos ha querido estar conmigo?
Sus labios estaba lastimados, esos labios que antes me parecían de terciopelo estaban dañados. Quería dejar de verlo herido, mis ojos no soportaban verlo así.
-Porque estoy preocupado por ti, mis lagrimas se abrieron paso nuevamente, por una extraña razón el me importaba.
Su rostro cambio completamente al ver caer mis lagrimas sus ojos fiusha desaparecieron, mostrándome esos ojos miel que tanto había extrañado.
Su mano se coloco en una de mis mejillas limpiando las lagrimas que caían sobre ellas, su tacto esta vez no era tan frió, algo no estaba bien. Sus ojos miel se detuvieron en los míos.
-No puedes permanecer a mi lado, sabes cuál es mi alimento.
-Lo sé…susurre con mis ojos clavados en los suyos.
-Y aun así no tienes miedo. Su voz se escuchaba cada vez peor.
Tegoshi inclino su cabeza hasta mi cuello, pegando sus labios sobre este, podía sentir su respiración cansada erizar todo mi cuerpo, mi corazón palpitaba con fuerza y no era por temor.
-No…respondí aun perdido en su respiración.
-Cierra los ojos, me susurro en el oído.
Cerré mis ojos en cuanto este me lo pidió, no sabía que estaba haciendo, ni yo lo entendía pero verlo herido me dolía. Entonces tuve una extraña sensación sobre mis labios, eran sus labios que estaban sobre los míos aun después de haber sido dañados seguían siendo suaves y delicados mil sensaciones abarcaron todo mi cuerpo en realidad deseaba que lo hiciera. El tiene razón me gusta.
Sus labios comenzaron a moverse sobre los míos y poco a poco los míos fueron reaccionando, no habia besado a muchas personas pero sin duda esto era completamente distinto a cualquier otro beso en mi vida.
Su aliento era fresco, y endulzante no paso mucho para que me entregara a ese instante olvidándome de todo.
El mordía ligeramente mis labios, cuando sentí un mordisco a un más profundo que me hizo abrir los ojos, el estaba tomando mi sangre.
-Solo un poco. Este se detuvo mirándome a los ojos, con esos ojos color miel que me convertirían en su esclavo.
Sentí mi sangre correr sobre mi barbilla, este me miro nuevamente, me estaba pidiendo permiso para continuar.
Asentí sin saber el por qué y me deje llevar, el lamio la sangre que habia descendido y se poso nuevamente en mis labios para besarme.
El tiempo paso rápido no sé cuánto tiempo más pudimos seguir así, el se aparto ligeramente de mis labios. Poco a poco abrí mis ojos para toparme con su mirada.
-Creí que no te gustaba. Sonrió.
Mis mejillas se mostraron rosadas después de su comentario.
-Mentí.
El sonrió nuevamente entonces pude notar que sus heridas habían desparecido. Lo toque sin previo aviso las heridas no estaban.
El aparto delicadamente mis manos de su cuerpo.
-Estoy bien, tu lo estas.
-Si.
-Ya te he besado y aun no se tu nombre.
Comencé a escuchar su voz lejana, mis ojos se estaban cerrando, respondí a su pregunta en un acto desesperado de no caer dormido.
-Yo soy…Masuda Takahisa.
Decir mi nombre es lo último que recuerdo...
+ “Huius vero animae humanae me+
Sig. Esta alma humana me pertenece.
+"Pertinent ad me"+
Sig. Me pertenece a mi.
+"Mortem+"
Sig. Muerte
+Falcatae+
Sig. Guadaña